Desde la CTA Río Negro repudiamos el abrazo que el gobernador Saiz le dio a quien amenazó con usar el Winchester contra quienes reivindiquen los derechos al uso de los espacios públicos, empleado de Lewis, mientras desplegaba su patota conformada con sus empleados-esclavos-punteros, en la ciudad de Viedma. No nos sorprende, porque el gobierno de Saiz es quien se ha negado sistemáticamente a cumplir el fallo judicial que ordena habilitar el camino de acceso al lago Escondido, todavía hoy cercado por el millonario inglés.
No es la única maniobra que este gobierno ha hecho para favorecer la concentración de tierras en pocos manos amigas y poderosas, extranjeras o no, según se ha denunciado en varias oportunidades, siguiendo la tradición que inauguró el gral. Roca en nuestra Patagonia, utilizar la fuerza del Estado para hacer grandes negocios inmobiliarios, a costa de la vida y los derechos de los pueblos. El gobernador, llegado del exterior, no tuvo mejor idea que bendecir el patoterismo de los apropiadores de nuestra tierra y sus lacayos que llegaron a Viedma para imponer su postura “bloqueando” al Superior Tribunal de Justicia, como en diciembre lo hicieron volanteando la Legislatura desde las bandejas y amedrentando a los legisladores que no les aprobaron su proyecto de energía privada –privada sobre el río Escondido.
Tampoco sorprenden las declaraciones genuflexas del intendente Romera, tan valiente para usurpar y quitarle las viviendas a los docentes de El Bolsón, violando la legislación provincial que está por encima de sus intereses partidarios y punteriles, pero tan servil a los intereses del millonario Lewis, poniendo en evidencia cuáles son sus gestiones para favorecer el desarrollo productivo de su zona: arrodillarse ante los poderosos, en vez de generar trabajo y genuino acceso a la cultura y la educación.
En este cuadro, donde los ministros de los sobresueldos siguen bendiciendo a la policía que asesina jóvenes en las calles, ya parece que ni siquiera necesitan una justicia complaciente como la que le permite al comisario Cufré y demás jefes policiales acceder a un expediente cuando a otros imputados no se les permite antes de declarar, pues no se molestan en hacer cumplir y en cumplir los fallos que no les satisfacen.
Sería muy bueno que el senador Verani, tan preocupado por el premio Rodolfo Walsh al presidente venezolano y por el bloqueo a Clarín, también se preocupara un poco por todas las violaciones al sistema republicano y a los derechos humanos más esenciales, que se cometen en su propia provincia, que es la nuestra.
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