Sus familias perdieron su cariño y su ejemplo de luchadores dignos y esforzados.
También perdió la clase trabajadora uno de los más importantes dirigentes combativos y de gran capacidad organizativa, con un contundente liderazgo entre los obreros de la fruta, colectivo que por esos años hacía un aporte sustancial a la constitución del Congreso de Trabajadores Argentinos, como expresión organizativa de un sindicalismo que elegía dejar de lado la CGT seguidora de la traición menemista y organizarse con autonomía para resistir el embate antiobrero que se inició en los noventa.
Roberto volvía con Juan desde Zapala, donde habían ido a promover la formación de la CTA Río Negro y Neuquén y ese día terrible día encontraron la muerte en la ruta 22 en cercanías de Senillosa. Jamás se esclarecieron las verdaderas causas del accidente que culminó con el incendio del vehículo en que viajaban. Su esposa Graciela, también militante social y partícipe como madre de la histórica Marcha Blanca docente en 1988, lo pudo reconocer porque llevaba puestos el único par de zapatos que tenía Roberto.
Con la desaparición física de Roberto y poco después de Germán Abdala, la CTA iniciaba su camino de lucha con estas enormes pérdidas y al mismo tiempo con sus ejemplos de conducción y militancia esclarecedora, para indicar los caminos de construcción de un nuevo sindicalismo en la Argentina.
Compañeros Juan Fuentes y Roberto Mandrik, presentes. Hasta la Victoria, Siempre.
Luis Giannini, Sec. Gral. CTA Río Negro.
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