Como es de
público conocimiento, en los últimos tiempos se ha colocado en el centro de la
escena al impuesto a los Ingresos (llamado Ganancias) para la 4ta categoría.
Desde algunos sectores se considera que es abusivo y no debería aplicarse al
salario.
Esta postura
toma al salario como un todo uniforme, sin dar cuenta de la disparidad de
salarios que hay en la Argentina de hoy y pone en un plano de igualdad a
quienes ganan 30000$ o más con quienes ganan 5000$ o menos.
Desde esta
mirada el impuesto es regresivo porque grava al salario y por consiguiente a
las y los trabajadoras/es. La palabra asalariada/o pone en igualdad de
condiciones el sueldo de menos de 5000$ de un/a rural, con el sueldo de más de
30000$ de algún/a ejecutivo/a de empresa o alto funcionaria/o estatal.
Es por esto
que muchos estamos de acuerdo con la elevación del mínimo no imponible, pero no
estamos de acuerdo con la eliminación del impuesto ya que este, grava a los
sectores de más altos ingresos entre quienes estamos en relación de dependencia.
Muchos estamos
convencidos que el Estado debe tener recursos para seguir desarrollando
políticas sociales de inclusión de amplios sectores de la población. Y en esto
es central una reforma tributaria que grave a los sectores más concentrados del
capital pero hasta tanto no se logre, los asalariados que más ingreso tienen
deben seguir aportando.
En este
marco, el diario Río Negro aporta descaradamente a generar mal humor en la
población titulando en primera plana “El 50% del salario se va en impuestos” y remite a un
trabajo que considera que los aportes y contribuciones personales y patronales,
son un “impuesto”.
Esta visión,
que nada tiene que ver con el paradigma de la seguridad social, donde los
aportes personales y patronales son “salario diferido” que cobran los trabajadores y las
trabajadoras, es una visión totalmente liberal donde no se quiere que el Estado
participe de la regulación de las relaciones laborales.
El artículo
al que hace referencia el diario Río Negro (http://iaraf.org/), se
pregunta ¿Por qué los aportes y contribuciones a la seguridad social pueden ser
considerados “impuestos”? y luego de recurrir a argumentos proporcionados Victor
Thuronyi que escribe para el Fondo Monetario Internacional, concluye que estos
aportes a la seguridad social (jubilaciones, obras sociales y otros) se deben
considerar impuestos.
Esta
definición (la de considerar impuestos estos aportes) cambia diametralmente el
resultado del informe. Ya que estos aportes suman el 32,5% del total del 46,8%
considerado como impuesto.
En resumen,
los impuestos reales (siguiendo el articulo de referencia) de los trabajadores
y trabajadoras que ganan entre 7 y 8 mil pesos y no pagan ganancias son de un
14,3% y para los trabajadores y trabajadoras que ganan más de 33 mil pesos y
por consiguiente pagan ganancias son del 26,7% y si no pagaran ganancias
aportarían solo el 11% de sus haberes. Con esta consideración quedaría claro
que si se suprimiera el impuesto, pagarían más impuestos los que menos ganan y
se verían muy beneficiados los que más ganan, incrementando aún más la brecha
de la desigualdad.
Este trabajo,
donde obviamente la mayoría de sus autores trabajan o trabajaron para la
Fundación Mediterránea y la visión cavallista de la economía y la sociedad,
plantea abiertamente que el Estado no debe intervenir en la economía a favor de
redistribuir recursos.
Estas
fundaciones que son consultoras de los grandes grupos económicos y mediáticos
plantean generar malestar en la población a los fines de que el proceso de
redistribución del ingreso no se profundice, ya que ellos quieren reducir los
impuestos si es posible los de las empresas primero y así desfinanciar el
Estado para luego, criticarlo por inoperante.
El diario
Río Negro alineado con la corporación mediática, se nutre como ella de esta
literatura económica a los fines de volver a instalar el discurso que fue
hegemónico en los años ’90, llevándonos a los de abajo a la peor de las
miserias, y no va a parar en esta
ofensiva.
Es por esto que
hay que estar alerta, acá lo que se lee no es clarín o la nación, la voz que se
amplifica en todas las radios de la provincia es la del diario Río Negro, y por
eso es necesario combatir su discurso. Desmentir al Río Negro toda vez que sea
necesario es defender nuestros derechos sociales más esenciales.
Néstor Silva.
Secretario General CTA Beltrán
Sec. de Nivel Superior de la UnTER
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