sábado, 27 de octubre de 2012

27 de octubre 2012: Dos años sin Néstor.

Hoy hace dos años que se nos fue físicamente, el mismo día en que se
hacía el censo del bicentenario, al cual le tuvimos que poner el cuerpo porque la cosa
venía complicada, como el clima físico y político. Siete días después
del espantoso asesinato de Mariano Ferreyra, por mano de la  patota
sindical-empresarial tan simbólica de los noventa. Eran días difíciles
y convulsionados donde la derecha se estaba cobrando, con  revancha y
odio racista,  la algarabía y la enorme emoción popular del
bicentenario, donde nuestro pueblo festejó la reconquista de sus
derechos más fundamentales.

Hace dos años que ya no está quien fue reconocido como su “padre
político” por Evo Morales, quien sigue al frente de un pueblo que
decidió retomar la resistencia de Tupac Katari y refundar el Estado
boliviano para que la soberanía fuera popular alguna vez, es decir de
la mayoría indígena de esos pueblos.   El más que compañero, “
hermano”,  para el comandante Chávez,  el gran amigo entrañable de
Lula y el gran patriota latinoamericano para Javier Correa.  Lo que
hicieron juntos estos presidentes tan parecidos a sus pueblos,
repudiando el ALCA frente a la nariz de Bush, enfrentando los golpes
de la derecha en Bolivia, Ecuador y Venezuela, no tiene precedentes en
nuestra historia sudamericana y siempre  con Néstor  en el centro de
la escena, como el gran protagonista, inspirador de la Unasur, la
CELAC y el nuevo Mercosur donde la integración es a favor de los
pueblos y no sólo de los capitalistas.

 Desde el primer gesto de gobierno, iniciado con apenas un 22 % de los
votos,  cuando la suma de los candidatos de la derecha obtuvo el 68 %
(Menem, Murphy, Carrió  y R. Saa), en el que dijo que no venía a ser
gerente de las corporaciones, sino presidente de su pueblo, demostró
que fue peleando cada día la batalla por la soberanía popular y la
reconquista y ampliación de derechos para nuestra gente, precisamente
enfrentando a las corporaciones.

En el primer aniversario del 24 de marzo que le tocó como presidente
confirmó que no había llegado al gobierno para dejar las convicciones
en la puerta de la Rosada, decidiendo el fin de la impunidad y que
llegara la hora de la memoria, la verdad y la justicia. Ahí se
convirtió en un hijo más para las Madres de Plaza de Mayo, esas
mujeres defraudadas y engañadas por muchos políticos, humilladas y
asesinadas por los milicos y sus patrones civiles,  estafadas por la
justicia de la impunidad, que jamás bajaron los brazos, pero que un
día los extendieron para abrazarlo.

Esos gestos hicieron que muchos que dudaban se hicieran sus fervientes
seguidores, aún proviniendo de experiencias políticas muy diversas,
principalmente de la más triste, la decepción.

El chau Fondo Monetario , asumiendo la quiebra y pagando con
condiciones propias la deuda que le dejaron los corruptos gerentes ,
abogados y amigos de los buitres financieros.  La apuesta por el
trabajo y la producción, la vuelta de las paritarias y el Consejo del
Salario, por la inclusión social y la ampliación de derechos, para
terminar con la marginalidad de la gran mayoría, son los gestos donde
nuestro pueblo se pudo recuperar como sujeto político refundado y
nuevo, que comenzó a superar su fragmentación. Y lo más importante por
haber conquistado el amor y la devoción de los jóvenes, esos
protagonistas tan ausentes desde los setenta del escenario de la
política, que la derecha había conseguido ensuciar y expropiar como
espacio popular y juvenil de participación.

Luego vino la gestión de Cristina, acompañada por Néstor como
Secretario General de la Unasur y como diputado, con su humildad de
diputado enamorado de su pueblo y de su presidenta. Esa prédica del
amor frente al odio, que lo llevó a preguntar ¿qué te pasa Clarín?,
luego de haber soportado varias tapas golpistas sin caerse, o de haber
superado el escaso año de gobierno que La Nación le pronosticaba,
luego de haberle dicho a Escribano que no iba a seguir el plan de
gobierno que quisieron imponerle.   El amor que brilló con la
Asignación Universal  por Hijo, la Ley de Medios y el clamor del
bicentenario, sobre el odio de clase de los patrones del campo y  sus
lacayos mediáticos y políticos.  El amor que nos mostró que era
inmenso cuando Néstor se murió. Ahí entendimos que el gesto del amor
no tenía límites. Nos duele mucho que no esté, pero esa falta de
límites es el mayor impulso que tenemos para continuarlo en sus
convicciones.

Los que estudiamos historia decimos que cuando se acelera y se
profundiza el cambio de rumbo en las sociedades, cuando aparece una
ruptura con las continuidades del pasado que se constituye como una
bisagra donde la historia pega un giro importante, estamos en
presencia de un proceso que puede ser revolucionario.  No tenemos la
certeza de que este proceso lo sea en su totalidad, aunque tenemos la
esperanza y la convicción de sumar todos los esfuerzos posibles para
lograrlo.

Pero de lo que sí tenemos certeza es que el gran iniciador
revolucionario de este proceso es Néstor Kirchner. A dos años de que
ya no está físicamente entre nosotros, hagamos que sus convicciones de
cambio sigan siendo el referente máximo de nuestras luchas y desvelos.
Por todos los cambios profundos realizados y por los que falta
realizar para completar la Liberación Nacional y Social, con Justicia
Social, Democracia y Soberanía Popular, en el marco de la Patria
Latinoamericana .

 Luis Giannini, Sec. Gral. CTA Río Negro.

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