lunes, 24 de febrero de 2014

Los puesteros, de la explotación rural a la ampliación de derechos

Nota del diario Tiempo Argentino, 24/2/14.

Cargan sobre sus espaldas con el empleo más duro en las estancias ganaderas del sur, y mientras pelean por que les reconozcan sus tierras ganan terreno, de a poco y gracias a la campaña del RENATEA, como trabajadores formales. 



Quizás porque es domingo o quizás por los festejos del aniversario de la ciudad, la cuestión es que Miguel Ángel tiene puestas sus mejores pilchas, y esa boina que lo acompaña a casi todos lados. Tiene 38 años y trabaja como puestero en Villa Pehuenia, provincia de Neuquén. "Me levanto a las cinco y ensillo el caballo para recorrer, para controlar los vacunos, una recorrida y listo, a las doce estoy volviendo", dice, como si seis horas seguidas de trabajo rural fueran "una vueltita".  Miguel Ángel dice que tiene suerte porque la señora le prepara la comida. "Bastante asadito me prepara", dice y se ríe: "O bastante tallarín, según", remata. 
La Fiesta Nacional del Puestero, celebrada el último fin de semana en la localidad neuquina de Junín de los Andes, sirvió en esta ocasión para darle relevancia al aspecto económico y social de ese trabajo rural en el marco de la campaña del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) contra la explotación y el trabajo en negro de los peones rurales. Buena parte de estos trabajadores pertenece además a alguna de las 27 comunidades mapuches del lugar, que mantienen un fuerte reclamo por el avance de los estancieros sobre sus tierras. En el estatuto del Peón, que se celebró en 1952, la categoría de Puestero se define como la "persona bajo cuya responsabilidad se encuentra la vigilancia de un sector determinado del establecimiento". Es decir, el peón que tiene a su cargo la cría de una parte de los animales. Sobre este sector se descargó históricamente el grueso del trabajo rural y fue el rubro que mayores niveles de explotación y trabajo no registrado vivió. 
Junín de los Andes es un pueblo de poco más de 15 mil habitantes, ubicado en el ingreso al Parque Nacional Lanín,  e integra además el Corredor de la Ruta 40. Durante los días del festejo estuvo inundado de turistas y visitantes de otras localidades cercanas. "Esto no es siempre así –asegura entusiasmado el intendente Juan Domingo Linares–. Cuando no hay festejo es muy tranquilo, pero ahora estamos con la capacidad de alojamiento colmada". Es que la edición número 26 de esta fiesta –que coincidió con el aniversario 131 de la localidad– se combinó con una gran temporada turística durante enero (lleno completo, dicen los hoteleros) y con el entusiasmo que genera el avance en el parque Vía Christi, un paseo temático de 2 kilómetros por algunos momentos de la vida de Jesús, que convoca al turismo religioso (ver recuadro).
Estos cuatro días estuvieron colmados de las clásicas competencias de habilidades como la doma y la jineteada, el encuentro de payadores (en el que destacó el ya mítico José Curbelo), la Elección de la Flor del Pago, además de la venta de artesanías y artículos regionales directamente del productor al público. 
Por tratarse de una Fiesta Nacional, la ciudad asistió a la actuación de artistas como el Chango Spasiuk, el Dúo Coplanacu y Peteco Carabajal, auspiciados por la Secretaría de Cultura de la Nación, y varios artistas locales como Marité Berbel. Marcelo Berbel, su padre, es probablemente el folclorista patagónico de mayor renombre, al menos de su generación, autor entre otras de la zamba "La Pasto Verde" y de la canción "Del Puestero", que dice, literalmente: "Si este año las lana' y los cuero' / me dejaran unos pesos / voy a ver si me dan este campo / pa' lambrar y poder potrerear". En estos tiempos en que la posesión de la tierra vuelve a estar en la agenda política, la frase de Berbel no puede tener más vigencia. Muchos de los puesteros son de ascendencia mapuche (hay 27 comunidades en esa zona que se autoreconocen mapuches) y con el resurgimiento de las culturas originarias de América están reclamando en la justicia que no se siga avanzando sobre sus posesiones.  Lo mismo sucede para muchos puesteros que –independientemente de su adscripción cultural– están reclamando la posesión de la tierra que el Código Civil de la Nación les concede una vez probada la ocupación veinteañal.
ANOTE, QUE NO SON QUEJAS. "Sin puesteros no hay trabajo rural. –sentencia Nanci Parrilli, senadora nacional del FPV oriunda de Junín de los Andes–. Ningún estanciero va a hacer el trabajo que hacen ellos, porque acá no hay plantaciones ni lugares de engorde, hay que trasladar a los animales, no hay sábado ni domingo ni horario de trabajo y a los animales hay que cuidarlos siempre". Los datos del RENATEA indican que en la zona media de Neuquén, donde se realiza la actividad ganadera, hay unos 1200 puesteros. "Yo soy madrugador, a las seis ya estoy tomando mate", dice David Prieto, un hombre de 60 años que fue puestero toda su vida, aunque hace unos años tuvo que retirarse por cuestiones de salud. "Tengo familia pero a ellos les tira más el pueblo, así que ando solo como perro malo allá en el campo", dice. David está sentado en la plaza del pueblo en plena celebración del cumpleaños de la ciudad, pero siempre se hace un rato para conversar. Sin embargo, pese a que predica las bondades del exilio rural, a David le llaman la atención algunas de las comodidades de la modernidad: "Me gusta ver Bonanza y El Zorro, cada vez que vengo al pueblo no me los quiero perder –sonríe-.  Voy a tener que conseguirme uno de esos, ¿cómo es? un DVD, cuando llegue la luz allá. Porque soy medio gaucho y esos son cosas de campo, ¿vio? Repetida, igual la miro." 
El festival musical se llevó a cabo en el gimnasio municipal y en el patio de la escuela María Auxiliadora, dos escenarios para una fiesta de una autenticidad poco habitual: en estos tiempos en los que el turismo internacional se apropia de cada tradición cultural, es agradable confirmar la participación masiva de quien se supone que es el sujeto del festejo y no su visitante. 
En la jornada del domingo, y aprovechando la visita del gobernador neuquino, Jorge Sapag, en el Centro Tradicionalista Huiliches, se realizaron las pruebas camperas con el desafío en Clina Limpia (o potro pelado, sin montura) y la jineteada en la categoría Bastos con Encimera, una actividad que utiliza un cuero sobre el lomo del caballo con bastos por detrás y adelante para que le den sustento y que tuvo 54 mil pesos en premios. «
La función del renatea
El folclore argentino tiene una larga lista de denuncias acerca de las penurias que viven los trabajadores rurales. A raíz de la crisis de la Resolución 125, esa explotación quedó a la vista cuando el titular de UATRE, el sindicato de los peones rurales, cerró filas con los patrones. Las investigaciones demostraron que el “Momo” Venegas, titular de ese sindicato, favorecía la utilización de las bolsas de trabajo para que las multinacionales tercerizaran la contratación de peones golondrina. Eso no hacía otra cosa que eternizar las condiciones de precariedad (en muchos casos infrahumanas) en que vivían los trabajadores rurales.
El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) es un ente autárquico creado en 2011 que funciona en la órbita del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en el que deben inscribirse todos los empleadores y trabajadores agrarios del país.  Entre las atribuciones más importantes, este registro es el encargado de expedir la Libreta del Trabajador Agrario y de fiscalizar el cumplimiento de la ley vigente. 
Según las últimas inspecciones en la zona de Junín de los Andes, el trabajo no registrado supera el 50%. Algunos de los campos en los que llamativamente se encontraron esos niveles de informalidad fueron  el emprendimiento Loncopué, perteneciente a Marcelo Nogueira, titular de la Sociedad Rural del Nordeste de Neuquén. Lo mismo sucedió en Pichachén SA, cuyos dueños se dedican al turismo rural con público internacional. "También encontramos un nivel de analfabetismo del 40% –explicó Augusto Pérez Lindo, delegado del RENATEA en Neuquén–. Ese problema lo abordamos con el programa Yo Sí Puedo, con el cual se creó un grupo de doce peones rurales que van a ser capacitados para alfabetizar".
Antecedente
Un peón que mató al estanciero
Un año atrás se conoció la noticia del asesinato de Marcos Jorge Pizarro Costa Paz, estanciero de 38 años, a manos de un peón, el puestero Alberto Bonifacio Martínez, de 72. "El único que me ha gritado ha sido mi padre y murió hace 50 años", explicó Martínez a la policía.

Un parque güell en la patagonia
Lo llaman Vía Christi (camino de Cristo), pero es un parque de inspiración multicultural con un diseño y un recorrido que recuerda al catalán Park Güell diseñado por Antoni Gaudí. Se encuentra a un costado de Junín de los Andes, en las laderas del cerro de la Cruz y, según su autor, el arquitecto y artista plástico local Alejandro Santana, "las estaciones desarrollan pasajes de la vida de Cristo en paralelo con la historia del pueblo mapuche y de otras creencias porque en esta zona las culturas se entrelazan con un precepto universal: todos somos hermanos".
Este parque consiste en un recorrido pedestre de más de 2 kilómetros en medio de un bosque de pinos difícil de olvidar. De las 22, hasta el momento se inauguraron 21 estaciones, en las que Santana reproduce las imágenes de Cristo y las hace dialogar de manera asincrónica con la madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King, Hitler o Laura Vicuña. 
La construcción de todo el conjunto escultórico llevó unos diez años y aún falta el Cristo de Luz, una imponente estatua iluminada que se verá desde varios kilómetros. Históricamente, Junín de los Andes captaba únicamente el turismo que arrastraba la vecina San Martín de los Andes. Este tipo de emprendimientos aspira a convertir a la ciudad en una nueva meca regional del turismo religioso. 
Santana, que reconoce su admiración por Gaudí, dijo a Tiempo Argentino que la idea fue "generar una obra de arte con escenas de las tres etapas del Evangelio, pero tratando de no volver sobre la cuestión del dolor, tan presente en la plástica cristiana tradicional". 
"Me levanto a las cinco y ensillo el caballo para recorrer, para controlar los vacunos, una recorrida y listo. A las doce estoy volviendo."
Miguel Ángel
Puestero en Villa Pehuenia.
"Lo mejor es la vida del campo; es más sana, en el pueblo hay que andar con plata todos los días. Aunque el trabajo es mucho más duro."
David Prieto
De 60 años, puestero retirado.

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