Un 8 de marzo más que nos llama a reflexionar sobre la situación de las mujeres trabajadoras en nuestro país y en nuestra provincia. Una conmemoración que surge de la lucha de las mujeres por igualdad de derechos y que no pierde vigencia, cuando constatamos que estas deudas no han sido del todo saldadas por la sociedad en su conjunto.
Sin duda podemos hablar de todas las conquistas logradas hasta el momento tales como: la ley para trabajadoras de casas particulares; la ley para prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia hacia la mujer; la ley de trata; los protocolos de atención al aborto legal, a la atención de las consecuencias de abortos sépticos, a las víctimas de violencia sexual; la ley de matrimonio igualitario; la ley de identidad de género; la ley de Educación Sexual Integral. Sin embargo, aún luchamos por su efectiva aplicación mediante presupuestos acordes y políticas específicas que garanticen plenamente el ejercicio de los derechos.
Es importante mencionar que en estos días aparece nuevamente sobre el tapete el debate por una ley que garantice el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, que ya ha sido propuesto en el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Consideramos fundamental dar ese debate de manera seria ya que, tal cual lo señalado por el nuevo ministro de salud Gollán al asumir, en nuestro país se practican medio millón de abortos al año, y se producen infinidad de muertes de mujeres, sobre todo pobres, por interrupciones practicadas en la clandestinidad.
La inexistencia de los refugios y de un verdadero abordaje integral respecto de las mujeres víctimas de violencia y abuso, la falta de capacitación en el Poder Judicial y de otros agentes que debieran garantizar el cumplimiento de las leyes, hacen que en los hechos las mujeres sigan en la total vulnerabilidad, y muchas veces sean víctimas de feminicidios que se podrían evitar si estuvieran dadas las condiciones mencionadas.
La continuidad en la brecha salarial de las mujeres en comparación con los varones por la misma tarea, la perdurabilidad de las redes de trata para la explotación sexual y laboral, la desigualdad en la distribución de las tareas de cuidado de los/las hijos/as, la cosificación del cuerpo de las mujeres ampliamente fomentada por los medios de comunicación, marcan una larga agenda por la cual seguir de pie y en lucha.
Estos cambios necesarios para lograr la igualdad de derechos implican también un cambio cultural para el cual es imprescindible que, en principio las mujeres y, por supuesto, la sociedad toda, tome consciencia de estas realidades y de la importancia de la organización colectiva para lograr avances.
Queremos enfatizar que las mayores conquistas se dan en marcos democráticos de debate y como parte de políticas de transformación social como las que vivimos actualmente en Latinoamérica y en nuestro país, ya que la igualdad se defiende a la par que la democracia y los procesos de cambio favorables al pueblo, por lo cual desde la CTA de las trabajadoras y los trabajadores de Río Negro abogamos por la continuidad de la lucha por una sociedad justa e igualitaria.
Jorge Molina, Secretario general CTA de los trabajadores de Río Negro,
Bárbara Palumbo Secretaria de Igualdad de Género y Oportunidades
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