
Fue atropellada por un automóvil y falleció al instante. Gestionaba desde hace un tiempo un traslado a Cipolletti, donde vivía, que no llegó a conseguir. Viajó como tantas maestras, con el peligro de la ruta a cuestas, hasta que perdió la vida.
Nos dejó su sonrisa, su voluntad militante en la UnTER y en la CTA, de la fue Secretaria de Género en Cipolletti, su vocación de buena maestra, de madre dedicada a su hijita Luna que criaba en soledad.
Nos quedó una enorme angustia de perderla y nos dejó el hermoso recuerdo de haber podido compartir un poco de su corta vida.
Compañera Carina Granizo estás con nosotras/os y no te olvidamos.
Hasta la Victoria Siempre.
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